Uno de los temas que más dudas genera hoy en día entre los pacientes –y que aparece con frecuencia en redes sociales y consultas médicas– es la cirugía de la vesícula biliar, especialmente en personas diagnosticadas con cálculos (piedras) en la vesícula. Las preguntas se repiten: “¿Necesito operarme?”, “¿Puedo esperar?”, “¿Y si no tengo síntomas?”. Hoy, como cirujana especializada y con experiencia, quiero ayudarte a entender cuándo la cirugía es necesaria, y cuándo no.
¿Qué es la vesícula biliar y por qué puede dar problemas?
La vesícula es un pequeño órgano ubicado debajo del hígado, cuya función principal es almacenar bilis, un líquido digestivo que ayuda a digerir las grasas. Con el tiempo, y por diversos factores (genética, dieta, cambios hormonales, etc.), algunas personas desarrollan litiasis biliar: pequeñas piedras que se forman en su interior.
Y aquí surge el dilema: muchas veces estas piedras no dan síntomas y son descubiertas por casualidad en una ecografía. ¿Hay que operarse siempre? La respuesta es no. Pero hay matices.
¿Cuándo está indicada la cirugía?
La intervención más habitual es la colecistectomía laparoscópica, es decir, la extirpación de la vesícula mediante cirugía mínimamente invasiva. Esta técnica es segura, con una recuperación rápida y excelentes resultados. Sin embargo, no siempre es necesaria.
Indicaciones claras para operar:
- Dolor abdominal típico, recurrente (cólico biliar).
- Complicaciones como colecistitis aguda (inflamación), pancreatitis biliar o ictericia.
- Cálculos grandes, vesícula escleroatrófica o pólipos sospechosos.
- Litiasis asociada a otros factores de riesgo (como inmunosupresión o enfermedades biliares).
En casos sin síntomas, muchas veces se opta por la vigilancia. Sin embargo, en ciertos pacientes, como los diabéticos o quienes tienen cálculos muy grandes, puede recomendarse cirugía preventiva.
Individualizar es la clave
Una vez más, no hay una única respuesta válida para todos. Lo más importante es que cada caso sea valorado de forma individualizada, teniendo en cuenta tus síntomas, tu estado general de salud, y tu estilo de vida. En mi consulta, siempre explico los riesgos y beneficios reales de operar o no, para que puedas decidir con toda la información en la mano.
¿Y si me opero?
La colecistectomía laparoscópica es hoy en día el estándar de oro. Se realiza con pequeñas incisiones, con anestesia general y permite volver a casa habitualmente en 24 horas. La mayoría de los pacientes retoman su vida normal en pocos días. Y sí: se puede vivir perfectamente sin vesícula. La bilis sigue produciéndose en el hígado, pero se vierte directamente al intestino.
En resumen, si tienes piedras en la vesícula, no te alarmes. No siempre es necesario operar, pero si presentas síntomas o riesgos, la cirugía puede ser una excelente opción para mejorar tu calidad de vida y prevenir complicaciones.
Si tienes dudas, busca un equipo especializado que valore tu caso contigo. Porque la mejor decisión es siempre aquella que se toma juntos.